Por fin iba a viajar en autocaravana. La idea de llevar la casa a cuestas me fascinaba. Viajar sin horarios daba una sensación de libertad. Sería un fin de semana diferente. Nunca había vivido ese tipo de experiencia. Y había llegado ese momento. Estaba feliz.
Lo llevábamos planeando desde hace unos meses, y al final, nos decidimos. Alquilamos una autocaravana para ir los cuatro a Asturias el fin de semana.
Lo planificamos todo. Andrés y David se comprometieron a conducir. Uno lo haría al ir, y el otro al regresar. Ana y yo nos encargaríamos de organizar la cuestión de las comidas.
Después del largo recorrido disfrutando del bello paisaje, entre bromas, risas, y curvas, cuando ya estábamos llegando al punto de destino. Andrés algo nervioso, nos dijo:
- Chicos, parece que el freno no responde bien.
- ¿Qué estás diciendo? preguntó Ana con cara de asustada.
- Estoy intentando reducir la velocidad pero algo está fallando. Respondió Andrés.
- Tranquilos, chicos, que no cunda el pánico. Fueron las últimas palabras que yo pronuncié.
El turismo salió despedido volcando por un terraplén, cayendo a treinta metros de profundidad. El impacto fue brutal. Los cuatro quedaron atrapados sin vida dentro de la autocaravana totalmente destrozada.
Fue un viaje diferente. El viaje hacia la muerte.
Más relatos jueveros en el blog de "Artesanos de la Palabra"
María
Leyendo tu cuento, me viene a la memoria el destino trágico del ser humano que atraviesan la literatura griega, especialmente su drmaturgia:Sófocles, ESquilo, Eurípides. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarQué bueno Carlos, que mi relato te haya llevado a recordar el destino trágico del ser humano que atraviesa la literatura griega.
EliminarUn abrazo.
Seguramente no era la "escapàda" que habian planeado ... !.
ResponderEliminarUn saludo : )
La vida tiene cosas impensables, y lo que menos deseamos es ese viaje, pero es inevitable, artur, algunas veces termina de esa manera.
EliminarSaludos.
Ay qué miedo... de verdad te quedó muy aterrador...
ResponderEliminarUn beso grande.
Son cosas que pueden pasar, pero no hay que temer a la muerte, lunaroja, es nuestro destino final.
EliminarBesos.
Eso fue por no conducir ellas y cocinar ellos. Para la próxima reencarnación ya veras como toman notas.
ResponderEliminarBeso
Jajaja me sacaste una sonrisa, Erik, habrá que hacerte caso jajaja.
EliminarBesos.
Que viaje tan arterrador, uff, yuyu.
ResponderEliminarA
Se te escapó el comentario, mi Campi, a mí también me pasa muchas veces. Nos vemos más abajo.
EliminarUn beso enorme.
María se me fue el dedo y creo que fue del impacto de tu texto. Nunca te he leído algo tan terrible , y sinceramente me ha impactado.
ResponderEliminarLos accidentes están ahí , pero leerlo asi de crudo me ha hecho pumm en el estómago. Un bestote y mi cariño.
Son horribles los accidentes, mi Campi, creo que muchos conocemos de gente que haya pasado por esta experiencia, o, familiares que hayan muerto de accidente, como fue mi caso, dos familiares murieron en accidente de tráfico, y tengo que decirte que no se lo deseo a nadie, no me extraña que se te haya quedado un nudo en el estómago.
EliminarUn beso enorme.
Oye, no seas asi,
ResponderEliminarahora tendras
que sacar una
segunda entrega,
en la que se
demuestra que
no estaban
muertos ,sino
desmayados,
tiempo hay
de discutir
despues ,
quien
conduce,
y quien es,
el que hace
de comer .
Jajaja me has sacado sonrisas, Orlando, mira que he sido mala ¿eh? que he matado a todos en un pis pas, incluida yo, no quedó ni el apuntador jajaja. Habrá que hacer otro relato en el que el viaje fue maravilloso, una experiencia increíble. En este caso mi inspiración fué así de negativa.
EliminarBesos.
Nos conducías por un relato amable pero la puñetera carretera nos devuelve a la realidad, cuántos casos suceden a diario. Has sabido dar un final sorpresa, sabes como mantener la atención. Abrazos
ResponderEliminarEs así, como dices, Ester, personas que van de vacaciones, y luego no llegan a su destino por el terrible accidente, esto está a la orden del día, no es una cosa extraña, es la realidad, aunque no nos guste.
EliminarAbrazos.
Maria no imaginaba ese final, desde el comienzo es todo alegría y de pronto tienen el accidente. Muy bien contada la historia, súper atrapante.
ResponderEliminarQue tengas un buen dia!
Besos
Ezequiel es un final que no desearíamos nadie, personas que van a disfrutar de unas vacaciones, y como la vida es impredecible, de un segundo a otro, todo puede ocurrir.
EliminarBesos.
Una muy buena historia María, con un final totalmente inesperado, uno no se imagina ese golpe final, está muy bueno, me ha gustado.
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por participar.
PATRICIA F.
Me alegra que este relato haya servido para tu convocatoria, la verdad es que no sabía qué escribir, y al final se me ocurrió esto, PATRICIA. Gracias por conducir esta semana la convocatoria.
EliminarUn abrazo.
Un bonito finde...
ResponderEliminarUn abrazo.
Que estés pasando un feliz día, Rafael.
EliminarUn abrazo.
Ay, qué inesperado ese final! Yo esperaba un sabroso guiso cocinado a la olla en un camping o una linda foto panorámica para dejar constancia del viaje, aunque finalmente terminaron haciendo otro viaje sin retorno...
ResponderEliminarTe dejo besos!!
Sí, que me hubiera gustado que la inspiración me hubiera llevado por ese otro cauce que dices, Etienne, pero es lo que se me ocurrió, se conoce que debo estar algo negativa estos días, no se.
EliminarBesos.
Mejor quedarse en casa.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tienes razón, Macondo, porque no se sabe hacia dónde te llevará el viaje.
EliminarUn abrazo.
María querida,
ResponderEliminar¡Qué texto tan estremecedor! Empieza con la ilusión de la libertad, con la felicidad de un viaje soñado, y de pronto nos arroja a la brutalidad de lo inesperado. La autocaravana que parecía refugio y aventura se transforma en escenario de tragedia, y el giro final deja al lector sin aliento.
Es muy fuerte cómo lograste conducirnos de la ligereza a la conmoción, mostrando que la vida puede cambiar en un segundo. Queda esa sensación de que ninguna planificación nos protege del imprevisto y quizá ahí esté la gran lección: vivir con intensidad, porque el tiempo nunca está garantizado.
Un abrazo conmovido,
Fernanda
Qué buena reflexión haces del relato, querida Fernanda, y me encanta la moraleja que has dejado, que con tu permiso la recalco: "vivir con intensidad, porque el tiempo nunca está garantizado". Estoy totalmente de acuerdo contigo. Nada se puede planificar, porque la vida puede cambiar de un segundo a otro. Estamos deseando que llegue tal día para disfrutar, y luego resulta que lo que nos encontramos es todo lo contrario: la muerte. No solo es un relato. Es como la vida misma. Porque no la tenemos comprada. Vivimos de alquiler en esta vida en la que todo nos podemos encontrar en ella.
EliminarUn abrazo enorme.
María,
Eliminarqué lindo lo que dices. Me emociona cómo has resumido la idea central: vivir intensamente porque nada nos pertenece, ni siquiera el tiempo. Esa imagen de que estamos “de alquiler” en la vida me parece tan acertada como poética nos recuerda que lo único realmente nuestro son los instantes vividos con verdad y amor.🥰
Un abrazo lleno de gratitud y cariño.
😘🙏🏻
Un título prometedor. Quizás un viaje familiar y para pasarla en grande lejos de la rutina opresiva diaria, o un viaje de amigos de ambos sexos a la incitante naturaleza, siempre seductora, como provocando explorar.
ResponderEliminarMas la foto que precede y engalana esta narración, ilustraba: un paraje apacible y noche estrellada, la camioneta iluminada pero al parecer solitaria, y una fogata encendida al pie, como esperando... o tal vez abandonada. En este punto, reparé en la brevedad del relato y perdí la esperanza de un final feliz con graciosos episodios salpicados a veces de imprevistos que sólo quedan como anécdota para el recuerdo. Así que procedí con la lectura...
Ya me enteré, fue diferente, no hay nada que hacer, no es lo mismo salir y regresar, aunque vayas a la esquina,
que salir, y todavía a Asturias, y no poder regresar para enseñar las fotos.
Triste, muy triste, sobre todo cuando tuvieron que aparentar aplomo o les ganó el pánico:
- El pobre Andrés que da la noticia: "Chicos, parece que el freno no responde bien". Cuando él, que venía manejando el carro, de tanto apretar el freno seguro ya estaba por hacerle un hueco al piso.
- Y Anita, como si su marido hubiera hablado en japonés, le pregunta asustada: "Qué estás diciendo",
- Y Andrés que ya la conoce bien, intentando serenidad al menos para ella: "Estoy intentando reducir la velocidad pero algo está fallando".
- Y mi personaje central, heroína valerosa: "Tranquilos, chicos, que no cunda el pánico"
Sí, fue un viaje diferente, y con los personajes, gracias a María y su fertilidad creativa, viajé por un instante a los confines de lo inesperado.
Gracias María... regresé.
Qué buena reflexión haces, Pensador, me parece muy interesante tu criterio y valoración, sobre el relato, la imagen, hasta el titulo. Me encanta la intensidad cómo lo vas viviendo, un lector, atento, y que se mete dentro de la historia. Un comentario enriquecedor el tuyo, gracias enormes por regresar, me encanta tu compañía. Lo que vas diciendo de los personajes, me has sacado sonrisas cuando dices como si su marido hubiera hablado en japonés que no entendía Ana. O cuando dices lo del hueco del piso de tanto apretar el freno jajaja. Me encanta leerte. Muchas gracias por tu compañía.
EliminarUn abrazo.
Me gusta esa otra faceta tuya, no tiene que terminar con un final feliz.
ResponderEliminarComo inesperado lo resultó ser.
Besos.
Es lo que me salió Demiurgo, aunque hubiera sido mejor que el viaje hubiera sido mucho más feliz.
EliminarBesos especiales.
Creo que te ha salido la vena de humor negro ;)
ResponderEliminarBesos dulces, María Dorada.
Esto de humor negro no tiene nada Dulce. Los accidentes de tráfico están a la orden del día. Personas que van de vacaciones y no regresan.
EliminarBesos.
Lo sé, lo decía por el final.
EliminarMás besos dulces María Dorada.
sí que fue bien diferente ya que el destino final de aquel paseo de fin de semana, fue la muerte.
ResponderEliminarun beso.
Y tan diferente, DRACO, que no volvieron del viaje, una aventura trágica con muerte final.
EliminarUn beso.
Quizás sea que la muerte nos esta marcando el camino al que estamos abocados a asumir… mi muerte esa amiga mía que me sonríe cuando me levanto y se hace veraz ya que el mundo la utiliza con demasiada frecuencia en su quebradiza condición dejándonos a expensas de aquellos que la adoran para los demás con sus dioses inseguros si es que existen.
ResponderEliminarUn placer seguirte amiga.
Un abrazo
La muerte es nuestro destino, de una manera u otra, la tenemos ahí, es nuestra compañera de viaje de la vida, no podemos darle la esquina, porque ella nos avisa cuando quiere. Un placer tu compañía amigo Antonio.
EliminarUn abrazo.
Una buena historia con tintes dramáticos, que podría ser real. La carretera se ha cobrado muchas muertes y toda precaución es poca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Totalmente de acuerdo con lo que dices, Miradas desde mi lente, la carretera se ha cobrado muchas vidas, es un relato pero como si fuera una realidad.
EliminarUn abrazo.
Bom dia de Paz, querida amiga Maria!
ResponderEliminarQuando viajo, sempre peço a Deus um bom termo...
Ja vi acidentes horríveis.
Seu conto é real... muito cuidado ao viajar devemos ter. Freio deve ser revisado sempre.
Muito bem escrito.
Tenha dias abençoados!
Beijinhos fraternos
Un relato tan real como la vida misma, querida Roselia, salir de viaje y no regresar por haber tenido un accidente de tráfico, horrible, pero está a la orden del día, y toda la precaución es poca.
EliminarMuchos besos.
Lo inesperado fue el final. La vida se te puede ir en un segundo.
ResponderEliminarBuen relato.
Aferradetes, María.
Qué razón tienes que la vida se nos puede ir en un segundo, la vida es inesperada, no sabemos lo que nos depara, sa lluna.
EliminarUn abrazo.
That's a very powerful and unexpected story. The ending was truly surprising.
ResponderEliminarTan sorprendente como lo es la vida misma, MELODY, todo puede ocurrir de un momento a otro.
EliminarUn abrazo.
María, qué estremecedor giro narrativo has tejido en tan pocas líneas. Comenzamos el viaje con la ilusión de la libertad y la aventura, y en un abrir y cerrar de ojos, nos conduces al abismo de lo inesperado. Tu pluma, siempre certera, hoy se ha teñido de crónica negra para recordarnos lo frágil que es la vida y lo ilusorio que puede ser el control que creemos tener sobre ella.
ResponderEliminarEste relato, breve pero demoledor, nos sacude con una verdad que muchas veces preferimos ignorar: que el instante siguiente puede ser el último, y que por eso mismo, cada momento merece ser vivido con plenitud. Gracias por este recordatorio tan potente, y por tu capacidad de transformar lo trágico en reflexión literaria.
Un abrazo, Maria.
Un viaje muy lejano al final y un fin de semana demasiado largo. Y cuatro vidas segadas en un momento. Un relato breve pero intenso. Nadie dijo que la vida o la muerte fuesen justas y no tienen porqué serlo, muchas veces somos expectadores de nuestro destino.
ResponderEliminarUn saludo.
Bueno, al menos viajaron en autocaravana antes de morir... deseo cumplido ;)
ResponderEliminarHola María, el viaje al que todos deseamos hacer lo más tarde posible. Vaya mala suerte que tuvieron y es que la muerte llega cuando menos se la espera. Un abrazo
ResponderEliminarMenudo final...
ResponderEliminarUn beso, María.
Cuando todo parece ir viento en popa y es divertido, viene la Parca y lo chafa todo.
ResponderEliminar¡Madre del amor hermoso!
Tienes una gran imaginación, no ni ná.
Besos